La idea fue incorporar al paisaje un objeto que lo respete, integrándose y recreando elementos morfológicos de la tradición arquitectónica de la zona, aplicados con tecnología y lenguaje contemporáneo. Conformar un espacio al aire libre que constituya el centro de las actividades de la casa, que permita vivir en contacto permanente con el paisaje y la naturaleza. Espacio que se enlace al mar logrando que el usuario tenga la sensación de estar dentro de él.
La casa está levantada del suelo, como las viviendas rurales de la costa, garantizando la mejor vista, ventilación y seguridad. Conformada por dos volúmenes con cubiertas que siguen las líneas del paisaje, uno dotado de todos los ambientes para uso de vivienda permanente y otro para dormitorio de invitados, los dos integrados por una amplia terraza de madera, provista de una galería cubierta para protección del intenso sol ecuatorial y de una piscina de filo desbordante que ofrece la sensación de incorporarse al mar.
En su interior los espacios logran una integración plena, generando una sensación de amplitud y comodidad, propicia para el descanso y el disfrute del paisaje del mar y de la montaña. Los ambientes de la casa garantizan una óptima climatización natural, apoyada por el uso de correderas de madera que tamizan la incidencia del sol, abonan al carácter acogedor del entorno y ofrecen seguridad a la casa.